Redacción. Madrid
El Grupo Eresa, que dirige Juan Pedro García-Robles, emplea a 600 personas, de las cuales 160 son facultativos, y se centra en todas las áreas del diagnóstico por la imagen y el diagnóstico genético. Asegura que la crisis económica ha afectado enormemente a los proveedores de servicios de alta tecnología sanitaria que contratan con las administraciones públicas, pese a que “la tecnología, aplicada a la mejora en el diagnóstico y tratamiento de las patologías que amenazan la calidad de vida de cualquier persona, es hoy por hoy un bien irrenunciable”.
Como empresa especializada en el diagnóstico por imagen, ¿en qué campos se investiga en este momento para mejorar las técnicas disponibles?
Dado que nuestra actividad se centra en todas las áreas del diagnóstico por la imagen y el diagnóstico genético, estamos investigando en muy diversos proyectos que tienen como objeto la mejora del conocimiento de ciertas patologías, tales como diversos tipos de cáncer, enfermedades neurodegenerativas, cardiopatías hereditarias y no hereditarias, etc.
El grupo presta sus servicios tanto a hospitales públicos como a privados. ¿Hay diferencia en la facturación, o las tarifas son únicas con independencia del centro o entidad que las contrate?
Las tarifas dependen del tipo de contrato y del tipo de exploración. Ofrecemos tal diversidad de servicios (desde la tele-radiología hasta montar y gestionar un servicio completo de radioterapia), tanto para la sanidad pública (vía concursos públicos) como para sanidad privada, que depende mucho de las actividades que demanda cada cliente. Hay ocasiones en que las administraciones sanitarias son las que establecen sus propias tarifas, que son publicadas para conocimiento de las empresas con las que concierta servicios.
¿Cuál es el coste aproximado de la prueba de imagen más barata y cuál el de la más cara?
La prueba de imagen más barata es una radiografía convencional, con un coste de unos 8 euros. Desde ahí hasta un tratamiento de radioterapia oncológica, que según el tipo de cáncer que se trate, es el servicio más complejo que ofrecemos, la variedad de pruebas y tratamientos que se realizan es muy grande.
¿Tiene intención el grupo de ampliar el número de centros a los que presta sus servicios?
Como cualquier empresa, nuestra intención es crecer en oferta. Los conciertos de servicios sanitarios tienen un plazo determinado de tiempo, por lo que es necesario continuar explorando nuevas opciones, además de aprovechar el conocimiento adquirido con la experiencia para crecer.
¿Cuántos profesionales trabajan en el grupo?
En este momento somos unas 600 personas en total, de las cuales 160 son facultativos.
¿Ha afectado la crisis económica a este sector, o se ha mantenido o incluso crecido?
La crisis económica ha afectado enormemente a este sector, como al resto de proveedores de servicios sanitarios, especialmente a los proveedores de servicios de alta tecnología sanitaria que contratan con las administraciones públicas. La ampliación de los plazos de cobro está dificultando mucho la supervivencia de las empresas en general, y de las empresas de alta tecnología en particular.
Háblenos de la Fundación Eresa. Cuándo fue creada, quiénes la integran y cómo se relaciona con la actividad del grupo.
La Fundación Eresa fue creada en 2007 con la finalidad básica de impulsar, promocionar, apoyar y divulgar la investigación en el ámbito de las ciencias de la salud, así como la formación y la docencia en el ámbito sanitario.
El Patronato está compuesto por 18 miembros entre los que se encuentra personal del equipo de Dirección de Eresa y representantes de Universidades y otros Organismos Públicos. El Consejo Asesor o Comité Científico de la Fundación está formado por personalidades relevantes en el ámbito de la Ciencia y contribuyen de manera significativa al sostenimiento de los fines de la misma.
La Fundación desarrolla sus actividades en todo el territorio nacional, en los siguientes ámbitos: estudios e investigaciones científicas; organización de cursos y seminarios; concesión de becas y ayudas para la investigación y formación de especialistas; organización de actividades científicas y congresos, y relaciones con centros e instituciones docentes y científicas.
A través de esta Fundación, Eresa mantiene colaboraciones de interés científico y docente con los profesionales de los hospitales en los cuales ha instalado unidades, con los profesionales de las universidades públicas y privadas de Valencia y Castellón, empresas farmacéuticas y empresas desarrolladoras de tecnología en imagen médica.
Como asociado al IDIS, ¿cree que el papel de representación de la sanidad privada en España ha cambiado desde la creación de este organismo?
Por supuesto. En el escaso plazo de tiempo que ha transcurrido desde su constitución, IDIS ha demostrado que es capaz de aglutinar en su seno los intereses de todos los sectores de la Sanidad Privada (tanto a las compañías aseguradoras, como a las empresas proveedoras de servicios sanitarios). Conseguir reunir empresas con tan diferentes perfiles de negocio, convierte a IDIS en un interlocutor de referencia para las administraciones y gestores sanitarios públicos.
¿Por qué debería invertir el Sistema Nacional de Salud en tecnología sanitaria en época de recortes?
Porque la tecnología, aplicada a la mejora en el diagnóstico y tratamiento de las patologías que amenazan la calidad de vida de cualquier persona, es hoy por hoy un bien irrenunciable. No se pueden dar pasos atrás. Lo que sí se debe hacer es invertir con conocimiento y dimensionar adecuadamente las inversiones en función de las verdaderas necesidades. A las empresas proveedoras de servicios con un alto componente tecnológico nos interesa que se invierta en aquello que realmente se necesita. Lo contrario es contraproducente para todos. Además, la mejora tecnológica supone un incremento de la eficiencia, ya que se optimiza la gestión de los recursos disponibles.
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